Este proyecto surge de la meditada necesidad que un día sintió Lorenzo de acometer un giro profesional junto con el deseo de combinar sus tres grandes pasiones: conducir, viajar y ayudar a los demás a que inicien su propio proyecto vital.

Dejar atrás voluntariamente un puesto de responsabilidad en la gestión de clientes de una prestigiosa aseguradora, con buenos ingresos asegurados y empezar a repatir los paquetes de una grande del comercio electrónico con una furgoneta, fue todo un cambio que estimuló la inquieta mente visionaria con anhelos de innovación de Lorenzo. ¡Cuánta ilusión ver las caras de la gente cuando llegaba el ansiado paquete! En realidad, no era repartir objetos. ¡Era regalar sueños!

De repente, la idea estaba ahí: ¿por qué no fabricar esos sueños a lo grande para más personas? A aquellas personas que requieren trasladar un objeto que les hará felices. O a aquellas otras que le echan valor y cambian su vida hacia otro enfoque y en otro lugar. Historias, tantas historias interesantes de vida…

«Démosle una vuelta de tuerca al modelo actual de portes y mudanzas locales para catapultar el servicio al siglo XXI, que falta le hace», pensó Lorenzo.

«Ofrezcamos un servicio ágil, fácil, flexible, serio, eficiente, y personalizado que ningún dron ni robot pueda hacer mejor y pongamos nuestro granito de arena al bienestar colectivo asistiendo a aquellos que no tienen fácil transportar su último capricho o mudarse a una nueva vida que da inicio, prometedora, en otro lugar? ¿No sería un proyecto bonito?»

Y mientras tanto, entre porte y mudanza, traslado y transporte, acarreo y porteo, nació todo este tinglado que ha montado Lorenzo.

Si te apetece conocer como trascurre su historia, te lo llevamos y te lo contamos…